domingo, 22 de abril de 2007

Sala de maternidad

Cada vez que oigo "tiene la sonrisa de su madre, las manos de su padre, los ojos de su abuelo y el humor de su tío", prefiero guardar silencio.
Nací en el hospital de Talca.
Uno nunca sabe.

1 comentario:

Raúl Torres dijo...

con los ojos de quien sea o quizás las manos del menos favorito, uno vive como ninguno. Tal como pensó hacer ese brazo, ceja, espalda y demás restos del cuerpo de las partes heredadas. creo.